El reconocido preparador alemán no se quedó con las ganas de poner su firma en este modelo y el resultado es sencillamente espectacular.
No cabe duda que los proyectos de Mansory suelen ser bastante arriesgados, sin embargo su más reciente creación deja en claro el porqué el preparador alemán no tiene límites cuando el coche elegido se lo pone fácil.
Si bien el BMW XM arroja muchos caballos sobre el asfalto, su estética no convence a todo el mundo; a pesar de ello, quizás ahora sí lo haga ya que los nuevos componentes instalados por el conocido preparador le sientan bastante bien.
Si bien el parachoques delantero es el original, ha recibido por parte de Mansory múltiples accesorios alrededor de las numerosas entradas de aire y una pieza integrada en forma de splitter en la parte inferior.
Mansory también revisó el marco de la parrilla y le dio un nuevo capó que es más agresivo que el de serie, mientras que si se mira hacia atrás, se verán nuevos adornos en los pasos de rueda que hacen que todo el coche sea un poco más ancho que el original y complementos a juego en los faldones laterales y las partes inferiores de las puertas.
En la parte trasera, la compañía mantuvo el diseño de los tubos de escape y lo equipó con un nuevo difusor que tiene una apariencia más deportiva. También se aprecia un alerón montado en el portón trasero y otro de grandes dimensiones en el techo.
Como viene siendo habitual en los proyectos de Mansory, cada complemento tiene una apariencia de carbono expuesto para brindar cierto contraste con el atractivo acabado de pintura verde del exterior.
Un poco más grandes que las originales, las llantas forjadas con radios en Y, con su aspecto oscuro, también contribuyen al cambio de imagen. Por lo que se puede ver, la distancia al suelo es aproximadamente la misma, lo que significa que el preparador no ha revisado la suspensión.
Bajo el capó sigue estando el motor V8 biturbo de 4.4 litros que se combina con un motor eléctrico para así poder ofrecer hasta 748 caballos en su versión más prestacional y un par máximo de 1.000 Nm, de ahí que esta bestia pueda acelerar de 0 a 100 km/h en apenas 3,7 segundos.
Toda esa energía es digerida por una caja de cambios automática de ocho relaciones que trabaja en consonancia con un sistema de tracción a las cuatro ruedas, garantizando elevadas dosis de dinamismo y motricidad a un conjunto que supera las 2,5 toneladas.
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