El último encargo especial de la firma italiana toma la base del 488 GT3 Evo, llevándola a un nuevo nivel exclusivo para los circuitos.
Ferrari vuelve a ser noticia gracias a una de esas creaciones únicas, un auto que sólo puede comprenderse desde un punto de vista completamente pasional, con un nombre igual de exclusivo... Ferrari KC23.
El nuevo one-off, fruto del encargo de un importante coleccionista que ha solicitado ante el departamento Special Projects del cavallino, es una máquina que jamás podrá pisar legalmente una calle o carretera, pues su hogar será siempre un circuito.
Y es que el Ferrari KC23 emplea la base del laureado 488 GT3 Evo 2020, del cual a simple vista es complicado encontrar algún rasgo estético común. Aquí ha entrado en juego la labor de Flavio Manzoni y su equipo de diseño del Centro Stile Ferrari, creando una carrocería que sigue la silueta de la berlinetta pero que se desmarca por completo de los Ferrari de producción, ofreciendo una carrocería de líneas limpias y algo futurista.
Gracias a ello, este one-off presenta un frontal que, salvo por la escueta firma lumínica, está monopolizado por una gigantesca calandra que atrapa el aire en masa, con una parte trasera que mezcla la idea de luz aerodinámica en metacrilato del Vision Gran Turismo, con una generosa rejilla al estilo de sus Sport Prototipos de los sesenta.
Sin embargo lo mejor de todo es que el KC23 cambia significativamente de aspecto cuando arranca su motor, pues al pulsar el botón de encendido, se abren las tomas de aire laterales que permiten disipar el calor almacenado en los frenos delanteros.
Asimismo, justo por detrás de las ventanillas se despliegan otra pareja de paneles que introducen aire fresco en la admisión y ayudan a refrigerar los intercooler del V8 biturbo que mueve el auto.
Por último, en la zona del capot trasero se descubren dos emplazamientos para colocar un gigantesco alerón en fibra de carbono. Remata el conjunto la pintura metalizada Gold Mercury, desarrollada especialmente para este coche y que consta de cuatro capas con base de aluminio líquido.
Este metal consigue un brillo inigualable cuando el KC23 está al sol, pudiendo variar su tonalidad en función del tipo de luz y su ángulo de incidencia sobre la carrocería. Las llantas son de 21 pulgadas adelante y 22 atrás, aunque para salir a la pista conviene sustituirlas antes por un juego alternativo de 18 pulgadas.
En su interior se aprecia la jaula de seguridad y el salpicadero en fibra de carbono del 488 GT3 Evo con dos agresivos baquets y volante tipo Fórmula 1, mientras que un conjunto de tres pequeñas pantallas ejerce como retrovisores virtuales, recibiendo la señal de tres cámaras diferentes de visión trasera.
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